domingo, 13 de abril de 2014

El combate de las brujas

Decidió visitar a la bruja para explicarle lo sucedido en Acterbrau, un pequeño pueblo.
Entre las dos emprendieron un viaje hasta el pueblo, aún sabiendo de los peligros que corren.
Tras un viaje de más de una semana, llegan a Acterbrau. Se quedan perplejas al ver la calma que hay, ya que se suponía que estaban casi en guerra. Buscan a Amirali, otra bruja y habitante del pueble, para que les explique con exactitud lo que está sucediendo.
La acaban encontrando en su casa, y las saluda en un principio atacándolas. Cuando se percata de quienes son, se les acerca corriendo y las abraza llorando. Las tres entran en la casa y se sientan en un sillón.
  — ¿ Qué está sucediendo? — Le pregunta la bruja más mayor.
  — Los-los cazadores de brujas están aquí...están matando a todas las brujas de este pueblo... — Le contesta Amirali entre sollozos.
  —¿ Qué podemos hacer? No podemos permitir que esos cazadores maten a todas nosotras. — Dice la bruja más joven.
  — Tenemos que avisar al resto de nosotras... Tenemos que combatir contra ellos.— Le contesta la anciana.
La bruja se levanta y va hasta el escritorio. De uno de los cajones coge pergamino, pluma y un botecito de tinta. En el pergamino escribe algo y después se lo ata a una lechuza. Las tres brujas ven como la lechuza vuela por el cielo.
Como pasan los días reciben la contestación de otras brujas y al mismo tiempo la llegada de las mismas.
Al cabo de dos semanas la casa está repleta de brujas de todos los países, y la anciana bruja decide que es el momento de actuar.
  — Como todas sabéis, los cazadores de brujas están aquí y ya han matado a muchas de nosotras. Nos han estado aniquilando desde hace muchos siglos, y ninguna de nosotras a hecho nada para cambiar eso. Ha llegado el momento de que nos enfrentemos a ellos y les hagamos pagar por todas las muertes que hemos sufrido por su culpa.
Todas las brujas la vitorean. El rencor que les tienen a eso cazadores las corrompe por dentro, haciendo de unas mujeres nobles, que no han hecho daño alguno a nadie, se conviertan en unas bestias, capaces incluso de matar.
La anciana bruja escribe una nueva carta, pero esta vez para los cazadores de brujas.
A media noche salen de la casa más de un centenar de brujas furiosas y con ansias de venganza. Van a un bosque cercano al pueblo, y esperan la llegada de los cazadores de brujas con algo de nerviosismo.
Estos no tardan mucho en llegar y muchos de ellos se quedan perplejos al ver a tantas brujas.
  — Hola Alicia. — Dice uno de los hombres.
  — Hola Nerium. — Le dice la anciana.
  — Por lo que veo os estáis rebelando.
  — A sí es, Nerium. Desde este momento no vamos a permitir que nos matéis, almenos sin luchar.
La lucha comienza sin que las brujas se percaten. Alicia comienza a preguntarse si a sido buena idea involucrar a tantas brujas en una lucha que realmente es suya. Ya al principio han caído diez de ellas, y ninguno de los cazadores.
La lucha perdura durante más de dos horas. Alicia mira a su alrededor. Ve a casi la mitad de las brujas que eran tumbadas en el suelo, sin vida. El remordimiento le comienza a entrar, pensando que todas esas muertes han sido por su culpa, por querer vengarse... por querer ver muertos a todos los cazadores.
Amirali y la bruja joven se le acercan.
  —Hemos ganado, Alicia. — Le dice Amirali
  —Sí.

Alicia mira a Nerium, que está tumbado en el suelo de una forma extraña, y siente que por fin todo a terminado, que van a poder tener una vida sin problemas, sin preocupaciones, y haciendo lo que mejor se les da: ayudar a los que la necesitan de verdad.

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